—No me enamoraré de él.

Después de romper con su infiel ex pareja, Mark Kenmore tiene sexo de rebote con el traficante de drogas del campus, Tim Halwell. Ha oído rumores sobre todos los corazones que ha roto Tim, pero después de cómo ha sido herido él, no hay manera de que caiga en esa trampa. Además, si la prensa se entera de que está liándose con un traficante podría empañar la reputación de su madre, la gobernadora. Espera que el sexo sea caliente y excitante. Lo que no espera es tener la experiencia más intensa y alucinante que haya tenido jamás. Sabe que es malo querer más, pero no puede evitarlo. Y cuanto más tiempo pasan juntos, más le preocupa que esté cayendo en la misma trampa que los juguetes anteriores de Tim... y más difícil resulta mantener lo que están haciendo en secreto para su familia y amigos.

—Es simplemente igual que los demás.

Tim sabe que Mark, hijo de una política que asiste a una de las universidades más prestigiosas de Atlanta, es sólo otro chico rico y mimado. Cuando Tim oye hablar de la ruptura de Mark, está más que dispuesto a ayudar al mocoso con un poco de sexo de rebote. Sólo otra muesca en su propio cabecero. Tim no hará de eso algo regular porque nunca termina bien. Los chicos siempre terminan enamorándose de él a pesar de lo mucho que lucha contra ello. Pero encuentro tórrido lleno de lujuria tras otro, se da cuenta de que no puede jugar con Mark. Es demasiado divertido. Demasiado intenso. Demasiado erótico. Y cuanto más trata de mantener ese mutuo pequeño y sucio secreto, más se da cuenta Tim de que si no retrocede pronto, simplemente podría enamorarse.

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Gracias a "Sweet Dreams"