Dominic Pantarius se había quedado observando cómo su mejor amigo y hermano encontraban lo que él quería en la vida. Un compañero, esa persona que era solo para él. Las relaciones de una noche ya no tenían ningún atractivo para él. Pero cuando se cruza con un guapo veterinario con conmovedores y un poco descarados ojos marrones, está bastante seguro de haber encontrado al compañero que ha estado buscando.

A Keeland Fagon le intriga Dom desde el momento en que el hombre casi lo atropella con su moto. Lástima que el hombre tuviera que arruinarlo al abrir la boca. Keeland estaba acostumbrado a hombres más grandes que trataran de controlarlo, y había aprendido a enfrentarse a ellos y no dejar que lo intimidaran. Pero cuando Dom comienza a perseguirlo, no sabe si discutir con él o darle la bienvenida con los brazos abiertos.

La introducción de Keeland en el mundo de los shifters podría enviar al pequeño y sexy humano a huir hacia las colinas, pero un mordisco accidental los une para toda la vida. Ahora, Dom tiene que convencer a su pareja de que se pertenecen el uno al otro, incluso cuando fuerzas externas los intentan destrozar.

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