Ronin nunca pensó que volvería a amar...

Adam era dos cosas: soltero y bailarín. Y no estaba interesado en cambiar ninguna de esas dos cosas. Eso fue hasta que entró en una cita quiropráctica con el Dr. Park, y su mundo cambió. Las manos del Dr. Park eran mágicas, y su voz era suave como la mantequilla.

Ronin tuvo su gran amor. Se había casado con la persona más increíble, y cuando su matrimonio terminó en una tragedia, nunca esperó volver a enamorarse. Sin embargo, en el momento en que Adam entró a su oficina, comenzó a volver a pensar en esa decisión.

Adam tiene cicatrices y Ronin tiene sus propios secretos, pero ¿pueden abrirse el uno al otro y fomentar una conexión real? 

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